El primer macaco que vi fue un Rhesus (Macaca Rhesus) que iba caminando por el techo de una casa de
altos cercana a varios templos en la ciudad vieja de Delhi. Pensé que vería
muchos mas en su cercanía y que serían muy abundantes en los alrededores de los
poblados y en el campo, pero no fue asi. La mayoría de los templos que vi en la
India tenían una reja adelante, sin duda para que los monos no robaran las
ofrendas y sin duda eso, aunado a su mal carácter, ha contribuido a que no sean
tan abundantes.
La primera tropa de macacos resus la vi en la zona de picnic
del Parque Nacional Jim Corbett. Ese lugar es muy hermoso, teniéndose delante
el lago de una represa, en cuyas aguas se veían grandes peces y en las playas
de arena tomaban sol muchos cocodrilos palustres y gariales. Detrás, las
colinas boscosas de las primeras estribaciones del Himalaya.
Unos macacos andaban por allí y si bien tenían caras de
pillos, decidí acercarme para tomarles unas fotos. Eso no fue muy fácil, porque
esos monos solamente parecían interesados en obtener alimento por parte de la
gente y uno tras otro se alejaban a los saltos, mirando cada tanto
despectivamente hacia atrás, cuando se daban cuenta de que yo no les ofrecía
comida.
A la larga pude acercarme a uno, pero cuando saqué la cámara
fotográfica de mi bolsillo quedó tan indignado que pensé que iba a saltar a mi
cara. En otros encuentros que tuve con estos macacos me di cuenta de que lo
mejor era mantener distancia con ellos si es que uno no les iba a ofrecer
alimento. Es mas frecuente encontrarlos en las cercanías de la población
humana, donde roban todo lo que pueden, que verlos en los ambientes naturales.
No debe ser fácil vivir teniendo a estos monos en las cercanías y por ello no
se puede culpar a los pobladores que siempre tienen a mano en sus cocinas, una
honda con la cual alejar a estos pillos.
En la India, estos monos viven en el Norte, llegando hacia el
Sur hasta mas o menos la latitud de Bombay, mas allá esta especie es
reemplazada por el Macaco de Bonete (Macaca radiata) Estos monos son un poco mas pequeños que
los Macacos Rhesus y si bien también son pillines, me dio la impresión de que
son menos problemáticos para los pobladores. Al igual que sucede con la especie
anterior, la mayoría de estos monos viven muy cerca de la habitación humana.
En la zona de picnic del Parque Nacional Periyar, en el Sur
de la India, había decenas de estos macacos, los que estaban permanentemente
observando a cual de los visitantes podrían tomar por sorpresa para robarle su
alimento. Machos dominantes, juveniles peleando y corriéndose unos a otros,
madres amamantando a sus bebés, disputas y cariño, todo sucedía en el espacio
asignado para los picnincs. Caminé muchos kilómetros en el interior del parque
nacional sin encontrar tan siquiera uno solo de estos macacos, cuyas
costumbres, lamentablemente, han variado tanto que mas que animales silvestres
parecen mendigos y ladrones.
La otra especie de macaco que vi, es el cola de cerdo (Macaca leonina) . A
diferencia de las dos anteriores, esta especie de macaco solamente se encuentra
en lo profundo de la selva. Encontramos una familia en el Santuario de Gibones,
en el Estado de Assam. Transitábamos por un sendero en la selva, cuando mi guía
quedó atento ante un sonido gutural breve y bajo que se oyó a nuestra derecha.
El hombre permaneció expectante por un momento, tras lo cual me indicó que lo
siguiera. Recorrimos quizás cuarenta metros y pudimos ver una hembra de estos
macacos, que son bastante mas grandes que los Rhesus. Quedamos quietos y al
momento vimos que la hembra tenía un bebé en su regazo, a unos metros de ella,
en otro árbol, había un joven macaco y luego vimos al macho, fácilmente
diferenciable por contar con una corta melena y ser mas corpulento.
Dos cosas
llamaron mi atención, lo silenciosos que eran y sobretodo la parsimonia de sus
movimientos. A diferencia de los otros macacos y en general, del común de los
monos, que parecen arriesgarlo todo en sus saltos de una rama a la otra, los macacos
cola de cerdo fueron muy mesurados en sus movimientos. Caminaban sin apuro
sobre las ramas, y solamente los vi dar un salto corto para cambiar de árbol
cuando cruzaron de a uno por las ramas que había sobre el sendero por el que
llegáramos nosotros.
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